Un contrato de alquiler poco común
La aparcería no tradicional permitió a un propietario rentar su campo manteniendo control sobre el gerenciamiento
Ernesto es un hombre mayor que tiene un campo mediano en la región oeste. Se dedicó toda su vida a la explotación, a veces por administración o bien por arrendamiento del establecimiento. La cuestión es que sus hijos no mostraron nunca el menor interés por seguir con el negocio. Llegó un día en que Ernesto comenzó a pensar en bajar el ritmo de su actividad. No contaba con ayuda -sus hijos se dedicaron a otras actividades- y evaluó la posibilidad de alquilar toda la extensión del establecimiento, es decir, pasar a ser un rentista. Esta idea no le agradaba mucho. Si bien quería reducir la carga de responsabilidades que pesaban sobre sus hombros, tampoco deseaba pasar a ser -de un día para el otro- un hombre con más tiempo libre del necesario. Comenzó a hablar del tema con su vecino, quien cuenta con un campo de similar extensión y aptitud agrícola. Ernesto veía, año tras año, que siempre lograba rindes muy superiores a los que podían obtener él o sus arrendatarios. Evidentemente, se trataba de un productor de punta en términos tecnológicos. Comenzaron a negociar alguna clase de acuerdo. "El vecino había invertido mucho en tecnología y tenía una logística armada que le permitía hacerse cargo de una extensión mayor, con lo cual estaba muy interesado en la propuesta", indicó Pablo Murray, integrante del estudio jurídico Murray, d André, Isasmendi & Sirito de Zavalía. Se estudiaron diferentes alternativas. Finalmente, se tomó la decisión -a comienzos de 2005- de cerrar el acuerdo en el marco de un contrato a largo plazo de aparcería no tradicional, en el cual las partes acordaron establecer de común acuerdo los cultivos por sembrarse anualmente; además, el tomador del campo se comprometió a mantener debidamente informado al propietario sobre cuestiones relativas al manejo de los cultivos, la elección de los insumos y contratistas, la supervisión técnica y el control de siembra y cosecha . "Uno de los temas más sensibles para el dador fue la regulación de la participación que iba a tener en su campo; no quería un rol pasivo", apuntó Murray. "El tomador estaba de acuerdo con la participación del propietario, aunque la decisión final tenía que estar siempre en una sola persona. Comenzamos entonces a negociar aspecto por aspecto, pero esto se tornó en algo burocrático e interminable; finalmente, se decidió establecer una cláusula general sobre el tema, la cual está sujeta, en buena medida, a la buena fe de las partes", añadió el abogado. Cuando comenzó a regir el acuerdo, una parte del campo aún estaba arrendada a un tercero. Por lo tanto, empezó a regir sólo sobre una parte del establecimiento. "Esto le permitió al propietario comparar los ingresos generados por arrendamiento versus el obtenido por un acuerdo a porcentaje, en el marco de un sistema tecnológico de alta productividad; el resultado fue que ganó más con la aparcería", comentó Murray. Instrumentación Posteriormente -una vez finalizado el período del arrendamiento- toda la extensión del campo pasó a estar bajo aparcería. Al momento de determinar el nivel de porcentaje correspondiente al propietario -fase crucial de la negociación- se acordó establecer una escala a partir de la cual los porcentajes crecen a medida que disminuyen los rindes y viceversa . "De esta manera, el dueño del campo se asegura ingresos en caso de ocurrencia de eventualidades climáticas que recorten los rindes, al tiempo que el tomador se asegura un mejor porcentaje por la maximización de productividad generada por la incorporación de tecnología", señaló Murray. Otro aspecto relevante del contrato fue determinar -a pedido del propietario- que el mismo se establece con personas y no con una empresa. "Se dejó en claro que en la medida que los tomadores -se trata de un padre y un hijo- siguieran al frente de la explotación, el contrato mantenía vigencia; pero si cualquiera de los dos ya no estaban en la empresa tomadora, el mismo perdería vigencia", explicó Murray. Particularidades Ernesto sigue viviendo en el casco del establecimiento. Más allá del plan anual, que es consensuado entre las partes, Ernesto y sus vecinos tienen reuniones periódicas para evaluar la marcha de la campaña agrícola. "El propietario, sin tener que aportar capital de trabajo, se sigue sintiendo parte de la empresa: en este caso, ese fue el secreto del éxito del contrato", comentó Murray. "Para alguien que se dedicó toda la vida a la actividad, pasar de ser empresario a rentista de un día para el otro es muy difícil", añadió. "Además, para el tomador, la visión del dueño del campo le agrega valor al negocio, porque -más allá de la brecha tecnológica existente- la opinión de un propietario que explotó durante décadas el establecimiento y conoce las particularidades de cada lote aporta datos que pueden ser muy útiles para realizar un adecuado plan de siembras", indicó el abogado. Los rindes logrados en el establecimiento fueron muy satisfactorios desde el inicio del nuevo esquema. "Esto le permitió al propietario lograr ingresos superiores a los que tenía anteriormente y, además, sin dejar de sentirse parte de la empresa", concluyó Murray. Link permanente: http://www.lanacion.com.ar/989603
opiniones(3)
Muy buena manera de hacer Agricultura. Tenemos que empezar a imaginar otras formas de hacer negocios y de relacionarnos con los dueños de los campos y este es un ejemplo donde se comparten los capitales y habilidades de todos. Estas relaciones se pueden llevar adelante con CONFIANZA, es lo que yo espero del otro. Ojala se empiecen a replicar estas relaciones en muchos camposs. Con este articulo se colabora a que empecemos TODOS a pensar de otra manera a la "Agricultura del País".
23.02.2008 ruszkowski
Estos vecinos ejemplares rompieron con una vieja regla del campo y que es la de los ¨celos¨que se tienen los vecinos.- En base a una mutua confianza y cuidando lo mas importante que es ¨la tierra, lograron un convenio que es muy dificil conseguir con los pooles de siembra.- El tener una cara visible y responsable, hace que el propietario tenga una seguridad mayor que la permanente rotacion de tecnicos desconocidos que lo unico que les interesa es sacar el maximo provecho sin el menor cuidado.-
23.02.2008 miguelstarp
¡Felicitaciones! Ernesto y vecino. Un ejemplo para todos. "...los porcentajes crecen a medida que disminuyen los rindes y viceversa ." es un acuerdo que rompe los esquemas.
La Nación Suplemento Campo
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