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7/4/11

POLICIALES
Asesinato de Jarpa Salgado

La Policía considera aclarado el caso pero la jueza quiere más pruebas

San Luis. Han pasado veintiún días desde el asesinato del ex vicecónsul de Chile y profesor universitario Alejando Jarpa Salgado. Si bien en la Policía consideran virtualmente esclarecido el hecho, en la Justicia esperan el resultado de diversas pericias para ordenar la detención de los supuestos autores, de acuerdo a lo trascendido de fuentes de la investigación.

El sumario de la investigación todavía está en manos de la Policía, que lleva adelante la instrucción y tiene un mes para hacerla, un plazo considerablemente distinto al que tendría a disposición si se hubiese detenido a alguna persona. En caso de detener a alguien la Policía tiene un plazo de 24 horas para poner al detenido y las actuaciones en manos de la jueza actuante. Y a su vez la magistrada tiene un plazo de otras 24 horas para llamar al imputado a prestar declaración indagatoria. Luego de ese acto la jueza tiene 48 horas para resolver si deja en libertad o dicta prisión preventiva al detenido. El plazo puede prorrogarse por ocho días si lo solicita la defensa, pero durante ese lapso sólo pueden llevarse a cabo las pruebas que pida el defensor.

• Riesgos
Justamente la premura que esos plazos significan es lo que se quiere evitar en este caso, porque la jueza Mirta Esley quiere reunir la mayor cantidad de pruebas posible antes de detener a alguien. De esa manera no correrá el riesgo que por falta de evidencias tenga que liberar al o los sospechosos. O que la acusen de privar de la libertad a alguien sin tener pruebas.
Por eso esperaría a tener, entre otros resultados, los de los análisis de ADN efectuados a las muestras de semen encontrados en la habitación de la víctima.
Pero al mismo tiempo la Policía le hace ver a la jueza otro riesgo, el de que los homicidas huyan de la ciudad, y por eso la presiona para que ordene cuanto antes la detención de los imputados por el temor de que intenten fugarse.

Consultado días atrás sobre la marcha de la investigación del asesinato de Jarpa Salgado el jefe de Policía Miguel Angel Ubieta habría afirmado que para la fuerza de seguridad el caso ya estaba esclarecido. De esa manera "le tiró la pelota" a la jueza Esley, haciéndola cargar a ella sola con la responsabilidad de que hasta ahora no estén detenidos los autores y de la posibilidad de que se oculten o huyan de la ciudad.

La afirmación del jefe policial habría llegado a oídos de la jueza Esley y por cierto no le habría hecho mucha gracia.

• Estuvieron con él, lo mataron y se fueron sin llevarse nada


El crimen de Alejandro Jarpa Salgado se perpetró en la noche del lunes 4 de este mes en la casa que, cedida por la comunidad chilena, habitaba en la calle Europa 2105.
Según el testimonio de un amigo del ex vicecónsul honorario de la República de Chile y reconocido profesor de la Universidad Nacional de San Luis, esa noche llamó a Jarpa Salgado y éste le comentó que estaba con dos amigos comiendo pizza. Eran las diez de la noche.
Al parecer no pasó mucho más tiempo hasta que los acompañantes de Jarpa Salgado, que se presume eran al menos dos, después de comer, beber y mantener relaciones sexuales con él, lo atacaron. No está bien claro el motivo por el cual los jóvenes lo golpearon con un palo. El hombre recibió dos golpes mortales en la nuca y sus agresores escaparon sin robarle nada, aunque dejaron un televisor preparado dentro de un bolso de viaje, como si hubiesen querido llevárselo. El automóvil también aparentaba que habían intentado robarlo. Tenía las puertas delanteras abiertas, las llaves puestas en el contacto y las luces encendidas. Además había chocado varias veces contra la pared que tenía delante, como si por sacarlo marcha atrás lo hubiesen hecho ir hacia adelante.

El crimen fue descubierto recién en la mañana del martes cuando un hombre, también de nacionalidad chilena, que vive en la parte trasera de la propiedad con su pareja y solía oficiar de secretario privado de Jarpa Salgado, encontró su cadáver.
El hombre estaba semidesnudo, tirado boca abajo sobre su cama, atravesado, con las piernas hacia el piso, con una de sus medias en la boca y las manos atadas a la espalda con el cable del teléfono. La cama estaba perfectamente tendida.
Dispersos en la habitación había algunos preservativos usados. Si bien al principio personas que entraron a la habitación y presenciaron la escena aseguraron que eran más de diez, otra fuente relevante de la investigación aseguró hace unos días que eran tres o cuatro.

Los profilácticos contenían una evidencia que puede resultar clave, pues tenían restos de semen, elemento a partir del cual puede establecerse con un gran porcentaje de seguridad la identidad de las personas que los usaron, luego de cotejarlas con otras muestras. Claro que necesariamente esas segundas muestras, que pueden ser de sangre, por ejemplo, podrán extraerse recién cuando los sospechosos sean detenidos.
Juzgan a un grupo por traficar drogas

San Luis. Un grupo de personas -entre ellas dos matrimonios- quienes fueron detenidos en uno de los mayores operativos antidrogas que se realizaron en los últimos años serán juzgados a partir de hoy por el Tribunal Oral Federal en un debate que durará al menos una semana.

El tiempo en el que se llevará adelante el juicio es inusual para los casos de drogas pero también es poco común la cantidad de sustancia que le secuestraron a los acusados. Algunas fuentes judiciales aseguran que en total llevaban unos cinco kilos destinados a la distribuición en distintos puntos de la Provincia.
Entre esas personas se encuentran Eriberto Godoy y Silvana Suárez un matrimonio que mientras cumplía prisión preventiva en la Penitenciaría se fugó, aunque en distintas fechas y circunstancias. El primero en hacerlo fue Godoy quien en una audiencia en la secretaría del Juzgado Federal, en junio del 2000, saltó por la ventana que da a calle Belgrano y escapó con destino desconocido.
En enero de este año, Suárez también protagonizó una espectacular fuga cuando había salido del penal hasta el Hospital Psiquiátrico para realizar una de pericia justamente para el debate oral que empieza hoy. En el nosocomio la esperaba un grupo comando que en el momento en el que una guardiacárcel le sacó las esposas actuó en forma imprevista y violenta.

La llevaron a un auto que esperaba en la puerta del centro asistencial y desde allí la Policía le perdió el rastro.
Pero el sueño terminó para Godoy y para Suárez unos meses después también en distintas situaciones. En enero, la Policía de Mendoza (la provincia de donde es oriundo el matrimonio y el resto de los implicados en la causa) encontró al hombre en una casa y a los pocos días, la Policía Federal lo trajo de regreso en un vuelo de línea.

La entrega de Suárez no tardó en producirse y, sólo dos meses después, llegó al Tribunal Oral Federal y se puso a disposición. Ahora, no son pocos lo que piensan que Godoy colaboró en la fuga de su esposa y durante todo ese tiempo estuvieron juntos.

Una vez que se conozca el veredicto del debate que empieza hoy, Godoy y Suárez tendrán que afrontar otro proceso por las evasiones.

• Un juicio numeroso

En la mañana de hoy se producirá las lecturas de las actuaciones y se prevé que se usará toda la jornada para eso. Entonces, recién mañana comenzará con lo que se estima será lo más productivo del debate.
No se sabe si los imputados van a declarar o no pero hay por lo menos una veintena de testigos que esperan turno para declarar.
Además, el Tribunal Oral Federal pidió prestadas las instalaciones del Correo Argentino, que funciona en el mismo edificio, para que allí esperen los testigos y no se junten con los imputados.

Un policía investigado rechaza acusación de apremios ilegales

San Luis. En una carpeta de cartón celeste guarda todas las pruebas que tiene para afirmar que él y sus compañeros de guardia no le pegaron al joven que hace unos días lo acusó de apremios ilegales mientras estuvo detenido en la Comisaría 3ª. Esa es, dice, la mejor defensa que tiene de frente a la primer acusación que le hacen en sus cuatro años en la seccional.



El oficial en comisión Eduardo Mocdece saca actas de detención, declaraciones testimoniales y toda la documentación que reunió desde que la denuncia se hizo pública. Hasta tiene casi al final de la pila de papeles, la notificación que la Jefatura de Policía le envió en la que le informaba su pase a disponibilidad.



"Esto me ha traído perjuicios muy grandes para mí. Ya no puedo hacer adicionales que eran lo que me permitían subsistir porque al sueldo lo tengo destinado a los impuestos", dice el oficial y en su rostro se refleja la esperanza de volver a la normalidad.



La versión que cuenta Mocdece es la misma que la Policía mantiene desde el primer momento. Dice que Walter Gómez fue detenido por un patrullero del Comando Radioeléctrico porque quiso entrar a una casa del barrio Félix Bogado, que el joven estaba en un avanzado estado de ebriedad ("no soy médico pero pudo haber estado bajo los efectos de algún alucinógeno") y que los golpes se los infligió el propio detenido contra las rejas de un calabozo.



Para corroborarlo los policías buscaron como testigos a dos hombres que pasaban por la calle y "observaron todo lo que el joven hacía en el calabozo". Además de eso, hay otro dato que el policía usa en su defensa: "Desde el momento en que fue demorado, empezó a decir que se iba a autolesionar. Y así lo hizo".



Hay dos imprecisiones que el oficial en comisión -que asegura no estuvo a cargo del procedimiento sino que fue secretario- encontró en el relato de la hermana y el padre del chico que debió ser internado en terapia intensiva. Uno de ellos refiere al horario de detención y al que, según dicen los familiares, salió de su casa. "Lo detuvieron a la una de la mañana y la hermana dijo que a la una y media salió de su casa. No hay concordancia", dijo el policía.



El otro surge, según el oficial, cuando la hermana dijo que lo encontró en la calle a las 11:20 de la mañana. "Eso es imposible porque en el acta de libertad consta que Gómez salió de la Comisaría a las 11:40", refleja el policía.



En todo momento se cuida de no agredir a nadie (ni siquiera a quienes lo denunciaron) e incluso dice no estar de acuerdo aunque respetar "porque viene de la superioridad" la decisión de pasarlo a disponibilidad.

• Temor por la familia

Encerrados en la oficina judicial de la Comisaría 3ª el padre del joven le pidió a Mocdece las actuaciones del día de la detención. Cuando el oficial se paró para buscarlas, comenzaron los insultos y las amenazas de muerte que el familiar reconoció haberle dado al agente. Ahora estudia la posibilidad de demandarlo por ello aunque, asegura, lo primordial es que "el hecho se esclarezca".
La conversación que mantuvo con el padre, en donde Mocdece se presentó con nombre y cargo, le sirvió a los denunciantes para conocer la identidad del oficial y de esa manera denunciarlo. Al menos eso piensa Mocdece.

Pero la mayor preocupación del policía son las amenazas que la hermana de Gómez habría propinado contra su familia en la misma dependencia policial. "Me dijo que yo me escudaba en mi hijo para que no me pase nada en la calle. Ella sabe donde vivo y tengo miedo que intente algún hecho de violencia contra ellos", expresó.
Entonces, Mocdece dice que hace responsable a los familiares de Gómez por cualquier daño que sufran los suyos.

• "Se apresuraron en juzgarme"

Al día siguiente de conocido el hecho, los medios se hicieron eco y buscaron la palabra de la Comisión de Derechos Humanos del gobierno. Una representante del organismo, Adriana Algarbe, expresó su repudio al caso en medios radiales.

"En una sola entrevista, me acusó, me juzgó y me condenó", aseguró Eduardo Mocdece, quien no escondió su enojo con la abogada que, de acuerdo a su expresión, "no se preocupó en conocer detalles del sumario a tal punto que salieron a decir que yo estaba a cargo del procedimiento cuando en realidad no fue así".
Lo que fastidió al oficial es que en ningún momento nadie de la Comisión de Derechos Humanos se entrevistó con él o con algunos de sus superiores para interiorizarse del tema. "Ni siquiera estaban seguros que el joven haya estado detenido en la seccional", acusó el oficial.
"Yo respeto y me parece muy loable la tarea que ellos tienen que llevar adelante -reflexiona- pero tienen que ser más responsables en lo que dicen. No pueden salir a acusar como en este caso sin tener la documentación correspondiente".
Para Mocdece, Algarbe aseguró que Walter Gómez tenía heridas producidas por una brutal golpiza "con lo que no sólo toma parte como miembro de la secretaría sino también como médica clínica", ironiza el oficial en comisión y recuerda que la directora del hospital manifestó que no se puede asegurar que las heridas del joven internado se hayan producido por una paliza.


• Horarios que no concuerdan

Para Mocdece el dato es importante. Si Walter Gómez salió a las 11:40 de la seccional caminando normalmente y en buen estado de salud; y la internación se produjo entre las 15 y las 16 de ese mismo día, la clave está en investigar qué pasó en ese lapso de tiempo.

El estado del joven habría ido cambiando con el paso de las horas que estuvo detenido. "De la entrada, cerca de las tres de la mañana, -dice el denunciado- en la que tenía olor a alcohol y no podía tenerse en pie hasta el momento que salió fueron varias las exaltaciones que tuvo y se iba calmando de a poco, pero nos repetía constantemente que lo dejemos ir o nos causaría problemas".



El día de los hechos la guardia de la seccional estaba compuesta por el subcomisario José Luis Puertas, también pasado a disponibildad por el caso, dos oficiales y el oficial en comisión Mocdece. En la jerarquía, el agente acusado es el que menos rango tiene.

Indagan a un supuesto distribuidor de drogas

San Luis. Un hombre detenido en esta capital bajo la acusación de distribuir estupefacientes será indagado en las próximas horas por el juez federal de la Provincia, Juan Esteban Maqueda.
A tal efecto, Sergio Darío Nuarte Morales, de 32 años, apodado "Checho", será trasladado al Juzgado Federal desde la sede de la división Toxicomanía, donde se halla detenido e incomunicado.
La detención del imputado se concretó en la mañana del viernes último en una vivienda del barrio Cerro de la Cruz, 174 Viviendas, manzana 253, casa 12, donde el presunto vendedor de drogas residía junto a una mujer que sería su pareja y un menor de edad.
"Checho" Nuarte Morales es oriundo de Mendoza y tenía captura recomendada por la Justicia Federal de aquella provincia, donde afrontaba otro proceso por drogas.

La división Toxicomanía de la Policía de San Luis lo investigó durante varios meses, reunió elementos que demostrarían su actividad ilegal en esta provincia y determinó que la justicia federal de otra jurisdicción también lo requería. Entonces se dispuso su arresto que se llevó a cabo durante un allanamiento a su morada con una orden del juez federal Maqueda.
A las 8 y media de la mañana del viernes los policías antidrogas apoyados por efectivos de la fuerza de choque COAR (Cuerpo de Operaciones de Alto Riesgo) entraron a su domicilio. El sospechoso no opuso resistencia. En la vivienda encontraron casi 50 gramos de clorhidrato de cocaína y una pequeña dosis de marihuana.
Además secuestraron un revólver calibre 32, un automóvil Peugeot 405 y numerosos aparatos electrónicos y accesorios para automóviles.

• Procedimiento en un boliche


Un joven fue detenido el sábado a la noche en una discoteca de San Roque al hallarlo la Policía con marihuana en su poder, en una cantidad módica que se supone era para su consumo personal.

El procedimiento lo iniciaron efectivos del Comando Radioeléctrico que luego le dieron intervención a la división Toxicomanía cuando se confirmó la existencia del estupefaciente.

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