Representa la razón contra la barbarie. Fiscal jefe de la Corte Penal Internacional, este año ha acusado por vez primera a un mandatario en ejercicio, el presidente de Sudán, por los crímenes de Darfur
Por Baltasar Garzón
juez de la Audiencia Nacional
Probablemente uno de los profesionales cuyo trabajo resulta más importante y trascendente para la seguridad y justicia internacionales, y por ende para la paz en el mundo, es el fiscal de la Corte Penal Internacional (CPI), Luis Moreno Ocampo. Se trata de una persona con amplio currículo que, junto a su carácter tranquilo y afable, despliega todas sus dotes diplomáticas sin abandonar la entereza que a veces exige un puesto como el que ostenta, para ordenar el procesamiento del presidente de Sudán por los crímenes de Darfur, enfrentándose a la Unión de Estados Africanos, o para advertir a las autoridades colombianas de los riesgos que conlleva no actuar con contundencia en los casos de la llamada parapolítica, o para adelantar el caso contra el denominado Ejército del Señor en Uganda, en una zona de equilibrios tan frágiles.Moreno Ocampo fue el hombre elegido en 2002 para dirigir la fiscalía de la CPI. Era un hombre con experiencia en enfrentarse a casos difíciles, como fue el juicio contra las Juntas Militares Argentinas, y ahora le corresponde dirigir y coordinar a un grupo de fiscales que recorren el mundo en busca de las pruebas en las que apoyar sus acusaciones de crímenes de genocidio, lesa humanidad y crímenes de guerra; es decir, las mayores agresiones contra los ciudadanos de cualquier país. Es el representante de la razón contra la barbarie, quien debe hacer cumplir la ley y perseguir a quien no lo haga. Pero también debe ser el que no olvide que queda mucho camino por recorrer y que su impulso resultará fundamental para combatir la lacra de la impunidad y darnos esperanza frente a los que piensan que la Justicia Internacional es una justicia acomodaticia que no actúa frente a los poderosos y por ello es una justicia devaluada o de tercera categoría. Aquellos que más poder tienen deben ser los más vigilados en el ejercicio mismo y perseguidas con contundencia sus acciones criminales.Soy de los que piensan que la CPI, y por ende la Fiscalía que encabeza Moreno Ocampo, son organismos necesarios, porque representan el triunfo del Derecho y la seguridad de que habrá una respuesta frente a aquellos crímenes; pero la justicia está en manos de hombres, y si estos hombres no dan la talla, la decepción puede conducir a la desesperación de que no es posible hacer nada desde el Estado de Derecho frente a las atrocidades. Por eso Luis Moreno Ocampo es el hombre elegido para evitar que la necesidad de justicia se convierta en la historia de una ilusión desvanecida.
Baltasar Garzón es juez de la Audiencia Nacional
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