MONSEÑOR LAISE Y UN JUICIO CONTRA MILITARES
Se lo sindica a Monseñor Laise dentro del llamado “Juicio a Militares en San
Luis”, al menos en tres aspectos claramente criticables: (i) Que según Funes Gez Monseñor le pidió “que hiciera desaparecer a un cura”. (ii) La crítica por la supuesta desintegración que habría concretado del “movimiento tercermundista puntano”; (iii) La afirmación hecha Monseñor Laise relativa a que “tenían que extirparnos el alma”, según asegura Aníbal Olivera, docente de la UNSL.
Advierto que el conocimiento que tengo al respecto lo es por la nota a cargo de Gastón Gontero, de fecha 27-10-2008, aparecida en el Diario de la República, versión de internet quien, con criterio de realidad, adelanta que “… lejos de ser nuevas acusaciones contra los imputados, fue la insistencia tanto de la querella como de la defensa para que el obispo emérito Juan Rodolfo Laise asista a declarar…”
Aquí está la cuestión.
Hay entonces en esas audiencias y en esa causa, claro está respecto del punto al que me refiero, una coyunda de falacias, segundas causas escondidas, muy probables resentimientos no confesados, discursos ideológicos, etc., dentro de un que aprecio como de cierta “timorata pasividad” judicial frente a ellos, en tanto se vinculan con una persona y hechos objetivamente ajenos al objeto propio de ese juicio penal.
Incluso, me parece, también con el designio que hoy impone el actual y mundano espíritu de “odium ecclesia” o verdadera “Cristofobia” que se apodera lamentablemente de nuestra sociedad y, aquí, en un escenario que lamentablemente le facilita el poder judicial. Ya lo han hecho en otros lados, con casos que se han vuelto emblemáticos.
Pero en realidad, las circunstancias narradas por el cronista están huérfanas de verdad y, por lo mismo, de objetividad.
¿Tiene algo que ver Monseñor Laise con el objeto propio del juicio?; y esto, aun, cuando hipotéticamente pudiera admitirse como probables las falsas y subjetivas afirmaciones que se le endilgan,
En otras palabras: ¿el Tribunal Penal no debería circunscribirse a juzgar el y/o los hechos incriminados; ¿no debería ser esa su función y en ello poner la mayor firmeza en la búsqueda de la verdad?
(i) A su vez, y más allá de esos dichos falsos, ¿qué incidencia puede tener respecto de los eventuales delitos del caso aquella circunstancia en la que Monseñor Laise supuestamente le habría manifestado a Fernández Gez (claro está: en privado) lo que dice le dijo hace más de treinta años, y respecto de un hecho que, aun con simple sentido común, resulta increíble…?
¿O es tan grande el resentimiento del militar porque el ex Obispo no le haya casado la hija para llegar a tal patraña?; menos mal que a mí me casó Monseñor Laise.
Más allá de la invectiva, en todo caso y obviamente, se trata de un asunto del todo ajeno a la causa.
Pura ramplonería.
El Tribunal no debería dar ningún crédito a estas circunstancias; menos disponer ninguna tramitación respecto de ellas.
(ii) En el mismo orden, aparece la inusitada que Olivera le adjudica a Monseñor Laise: “tenían que extirparnos el alma”.
Nada que ver. Sólo diatribas que, tampoco, tienen ninguna incidencia en el juicio. Ánimo de dañar, que parece soterrado desde hace muy muchos años y ahora, al socaire de la ideología marxista gobernante, parece liberado.
Además, es manifiesto y del todo imposible que Monseñor Laise pudiera hacer semejante afirmación, cuando cualquier persona con mínimo conocimiento de rectas teología y filosofía, ¡cuánto más él Obispo e ilustrado en la sana doctrina!, sabe que el alma humana es espiritual y, por lo mismo, intangible, como imposible de “extirpar”.
Otra vez embustes.
(iii) Por último, tampoco tiene desperdicio la crítica por la supuesta desintegración que habría concretado Monseñor Laise del “movimiento tercermundista puntano”
Por semejante afirmación es evidente que se ignora, o peor si media simpatía, lo que realmente significó ese llamado “movimiento tercermundista” dentro de la Iglesia católica por aquellos años y que, ahora, por obra de los últimos Papas, quedó suficientemente maltrecho aunque se resista a desaparecer.
Lisa y llanamente fue una demoníaca y poderosa intentona de conciliar lo inconciliable, es decir, marxismo y cristianismo. Explosiva confabulación fruto y obra de la revolución anticristiana que, previamente, se ocupó de desacralizar la sociedad. Fue ese “humo de Satanás que ha penetrado en la Iglesia”, denunciado dramáticamente por el Papa Pablo VI.
En buena hora que Monseñor Laise trató de preservar en lo que más pudo a nuestra Diócesis de esta estrategia revolucionaria que, hoy, se “actualiza” en sus renovados intentos mutando más a los ámbitos cultural, social y político con el engañoso nombre de “progresismo”: v.g. “cultura de la muerte” (aborto, perspectiva de genero, contraconcepción, manipulación genética, eutanasia, entre otros), pensamiento único y/o “políticamente correcto”; laicidad, etc.).
Muchos curas de entonces en San Luis, que militaban en aquella corriente, no trepidaron en “largar las sotanas” y, aun, se casaron; cuyos nombres, quizás, se encuentren entre los que cita la nota del diario.
Insisto: quienes así se manifiestan, de algún modo, conciente o inconscientemente, son útiles a la estrategia marxista y sus derivados culturales vigentes, incluido el gramcsismo, que hoy informa el modo de pensar y actuar de la mayoría de quienes nos mal gobiernan; incluso, con la semejanza que podría moverlos el mismo y no disimulado espíritu de revancha.
En síntesis: nada de nada que pueda afectar el buen nombre, honor y, aun, la investidura de Monseñor Laise, Obispo de San Luis por 30 años, que supo, como su pastor, defender los derechos de Dios y de la Iglesia, y ser custodio de nuestras almas.
Nada de nada que pueda mínimamente justificar la improcedente pretensión de vincularlo, de alguna manera, a esa causa.
Quienes han hecho las afirmaciones que da cuenta la nota que le leído, allá con su conciencia y sujetos al justo juicio de Dios.
Lástima que los estrados judiciales permitan su alto escenario a estos hechos lamentables.
Eduardo Rodolfo Amitrano.
2 comentarios:
Sorprende que se pueda creer en lo que dice la carta.Laise en privado decía cosas tremendas.Era un fanatico anacronico.Al igual que Grassi un militante homosexual que mantuvo años una relación amoroso con el chofer.Una vez Aiello mientras construía el hotel contrato a un fornido jóvens,inmigrante italiano,que ayudaba al plomero.El obispo le pidó que le mandara a arreglar una perdida en el baño de su casa.Allí lo arrinconó,lo acarició y casi la arrancó el pene para chuparselo.El gringito huyó de San Luis a lo spocos días y nuna más se supo.¡Que la parece esto¡ El encargado de Aiello se lo contó y lo saben todos los albañiles que trabajaron en la construccion del hotel.
Claudio Fernandez
¿Homosexual?
Era un maricón repugnante....
Además y reaccinario y fascista empedernido.Le llenaba la cabeza a los represeores.Tenian muchos informantes fachos entre ellos a Pinochet Daract (Carlos Climaco hoy pudiréndose en su casa) y su hermano Guillermo,coronel fascista franquista que veía comunistas en todo el que nocreía en Dios y los perseguía usando la relación de ambos con el Generalísimo Benjamín Menendez.
Cuando Fernandez Gez no les hacía caso le armaron una interna brutal.Por eso sin que sea inocente,hay que tener en cuenta que salvçó a muchos del fusilamiento.¿Estamos con la Justicia o con la venganza?
Si estamos con la Justicia sepamos esto.De lo contrario vamos a concretar una venganza y las venganzas no tienen nada que ver con la justicia y generarn luego un efecto de rebote más dañino que la injusticia burda.
Memorioso
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