
Cae un pilar del "igualitarismo" de Fidel
Raúl Castro busca mayor productividad
"A cada cual según lo que rinda en el trabajo."
Raúl Castro busca mayor productividad
"A cada cual según lo que rinda en el trabajo."
Esta máxima podría resumir el nuevo decreto laboral anunciado ayer por el gobierno de Raúl Castro con el fin de aumentar la producción en Cuba.
Se trata de una decisión histórica (aunque ya se aplicaba en algunas empresas cubanas) que entierra el principio de "igualitarismo" que trató de instaurar, a su manera, Fidel Castro desde los años sesenta. A partir de agosto, los trabajadores cubanos, de forma generalizada, verán incrementado su salario en función de su productividad.
El objetivo del denominado "Reglamento General sobre las formas y sistemas de pago" es, según el diario oficial Granma , "uniformar la política salarial entre las empresas en perfeccionamiento empresarial [que aplican criterios salariales según resultados] y las que no están en ese proceso". Según el viceministro de Trabajo y Seguridad Social, Carlos Mateu, con esta reforma laboral "el trabajador ganará lo que sea capaz de producir". Se rompe así la política de techo salarial establecida por el régimen durante décadas. Ahora, todas las empresas podrán "rediseñar su sistema de pago por resultado", y los trabajadores no tendrán un límite en el salario cuando sobrepasen el cumplimiento de los indicadores de producción previstos.
El salario medio en la isla se sitúa en 408 pesos cubanos al mes (unos 17 dólares), muy por debajo de los 1600 pesos que, según estudios de economistas oficiales, necesitaba un núcleo familiar para llegar a fin de mes en 2006. En su descargo, el régimen siempre ha hecho hincapié en la gratuidad de los servicios sociales (como la educación y la salud) y en la importante subvención estatal de algunos bienes (los que se venden a través de la libreta de racionamiento) y tarifas (como la del teléfono). Pero entre las miles de quejas que recopiló el gobierno en otoño de 2007, la precariedad salarial figuraba en la primera línea. Cuando Fidel Castro delegó el poder en su hermano, en julio de 2006, los dirigentes cubanos comenzaron poco a poco a criticar tímidamente el concepto de "igualitarismo". Fidel siempre defendió contra viento y marea que el salario percibido por los trabajadores era suficiente para vivir dignamente.
El 26 de julio pasado, en un discurso en el que anunció la necesidad de adoptar reformas "estructurales y de concepto", Raúl refutó públicamente a su hermano: "El salario dejó de cumplir su papel de asegurar el principio socialista de que cada cual aporte según su capacidad y reciba según su trabajo". El pasado 24 de febrero, el día de su investidura como presidente del gobierno, Raúl volvió a la carga en su idea de recuperar al salario como exponente principal del nivel de vida de los cubanos. Esta misma semana, el vicepresidente del gobierno, el ortodoxo José Ramón Machado Ventura, aconsejó en una asamblea provincial del Partido Comunista perderle el miedo "a los altos salarios", siempre y cuando la vinculación entre remuneración y rendimiento conlleve un resultado concreto. Ayer, Granma explicaba la nueva resolución con estas palabras atribuidas a Mateu: "Por lo general ha existido una tendencia a que todo el mundo reciba lo mismo, y ese igualitarismo no es conveniente. Eso es algo que tenemos que resolver, pues a veces hay mucho paternalismo y las personas no se quieren buscar problemas y dicen: «Se lo pago igual a todo el mundo y nadie protesta». Pero no es justo, pues si es dañino darle al trabajador menos de lo que le toca, es dañino también darle lo que no le toca".
Este reglamento laboral se suma al paquete de medidas económicas que Raúl ha ido aprobando desde que llegó al poder, entre las que destaca la reforma agrícola para distribuir tierras ociosas a los campesinos privados más eficientes. Dos visiones Desde los años sesenta, en el seno de la revolución cubana siempre hubo dos visiones económicas contrapuestas. Una idealista, fomentada por Fidel y el Che Guevara, que defendía los "estímulos morales" y el "igualitarismo" como referente de la productividad para los trabajadores. "A medida que incrementemos la producción [ ], iremos elevando el nivel de todos los que están en la escala inferior [ ].
Y con el incremento de nuestra riqueza, y de abajo hacia arriba, llegaremos a establecer el igualitarismo", señalaba Castro en un discurso pronunciado en 1968. Tras el colapso de la Unión Soviética, a principios de los años noventa, la visión pragmática, en la que se encuadraría Raúl, se puso en acción ante la grave crisis económica que sufría Cuba. Fue entonces cuando el general dispuso que las Fuerzas Armadas Revolucionarias salieran al rescate del país creando el Grupo de Administración Empresarial (Gaesa), bajo el paraguas del sistema de perfeccionamiento empresarial (que incorpora estrategias capitalistas en un sistema de economía centralizada). Por César González-Calero Para LA NACION
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