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3/2/08

¿VIEJOS VERDES u HOMBRES AL FIN?


Norberto Firpo


Rigurosamente incierto
Divague estival
Por Norberto Firpo
Bajo una sombrilla, Fúlgido Calandraca, catedrático emérito de anatomía pudenda, le aplicó discreto codazo a su amigo Asdrúbal Peribáñez, decano emérito de la Facultad de Ciencias Lúbricas. "No se distraiga, doctor -le dijo-.
¿Qué le parece esa morocha, la del bikini fucsia?" Peribáñez abandonó por un momento la lectura de un tratado sobre las funciones escatológicas que cumple la hipófisis (de buena gana, según recientes estudios) y paseó su mirada sobre el abrasador paisaje de la playa. "Estupendo esquema corporal -admitió-. Siempre he dicho que las morochas de ese porte constituyen la reserva emocional del país. Si no fuera por ellas, y por algunas trigueñas, cabe reconocer, habríamos perdido nuestra capacidad de asombro."
Calandraca fue más allá: consideró que si no fuera por ellas, algo así como el 99 por ciento de los varones adultos estaría desprovisto de fantasías inconfesables, que resultan tan necesarias para apuntalar la autoestima. Peribáñez asintió con gesto severo. "¿Y qué me cuenta de la pelirroja de la carpa de enfrente, a la que ese tipo con cara de estúpido está embadurnando con pantalla solar?"
Ambos coincidieron en que la pelirroja era un modelo de equilibrio topográfico: extensas planicies, valles umbríos, suaves colinas, sin una nube que ensombreciera su plexo solar Y, si es cierto que el arte imita a la naturaleza, como dijo Séneca, también lo es que la naturaleza suele encontrar en los prodigios femeninos su más excelsa expresión artística.
"Para nosotros, ellas pueden representar arroyuelos de cantarina mansedumbre, mares embravecidos, reparadores oasis, volcanes en erupción, peligrosos témpanos a la deriva", divagó Calandraca, a veces excesivamente metafórico. Botticelli y Rubens estaban convencidos de que no hay paradigma de belleza comparable al de un armonioso cuerpo femenino, dotado de las proporciones áureas que mucho antes había dictado el griego Pitágoras, quizá mientras contemplaba a una mozuela de Milo (isla del mar Egeo), luego devenida Venus de. "A ojo de buen cubero, estimado Calandraca, creo que la morocha del bikini fucsia tanto como la pelirroja de la carpa de enfrente lucen proporciones áureas", evaluó Peribáñez, mientras su amigo le hacía notar que un hilo acuoso se le estaba escurriendo por la comisura de los labios.
"A nuestra edad, el espectáculo playero resulta un poco perturbador, tal vez porque, como aseguran los fisiólogos, ciertas fantasías inconfesables se vuelven rápidamente incontenibles", reconoció Calandraca. Dio un resoplido y propuso: "¿Qué le parece, doctor, si nos damos un chapuzón?".

Para LA NACION

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je,je,je don nolberto no sé,pero a mi parecer los viejitos tendremos más oportunidades,ademas se reduciriá la población mundial.
3v_castro2005

02.02.0807:56
Qué proporción áurea, ni qué macanas. Dicho en dos palabras y con brutalidad: la cola femenina, ¡¡esa geometría perfecta!!
2betelgeuse06

02.02.0805:15
No se preocupe don Norberto; ud. como muchos de nosotros pertenecemos a los de la vieja estirpe, aquellos que en un futuro seremos objetos de estudio de la ya cercana "Novis antropolugus", esa que ya en un rasgo de extrema lucidez hizo decir en esta misma edición a la psicóloga Iris Pugliese que "...Si la tendencia es ir hacia una IGUALDAD DE LOS SEXOS EN todos los planos, creo que esta iniciativa es conveniente... ". No habrá esas miradas cuasi escatológicas hacia la perfección del cuerpo femenino, con las sueves colinas que cantó Pablo Neruda en su ya universal Poema n.º 20. Aunque tenga por seguro que mientras haya en mí un aliento de vida me voy a emperrar en ser como soý; la tendencia-que ud. con su percepción ya estará viendo- es que serán todos iguales. Pero a los 68 y con el sildenafil, todavía

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